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SIMA, startup que fomenta el aprendizaje y el desarrollo cognitivo en los niños

Es un emprendimiento que acerca al mundo de los robots a los niños, transformando smartphones en robots sociales y educativos, y con múltiples posibilidades de interacción. SIMA Robot es el primer prototipo que han desarrollado y que sigue las mismas estrategias de los profesores de educación preescolar, proponiendo actividades de lógica matemáticas adaptadas al progreso de cada uno.

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“La robótica cada día está afectando más la cotidianeidad de las personas. Nuestra intención es que que los niños y niñas cuenten con un robot social que fomente el aprendizaje  y promueve su desarrollo cognitivo”, señala Felipe Araya, ingeniero mecánico e impulsor de SIMA Project, emprendimiento que desde marzo de 2017 trabaja en el FabLab U. de Chile, espacio que les ha dado ha permitido generar un proceso de aprendizaje constante. “Hemos avanzado mucho aquí. Nos han orientado en el replantearnos qué camino seguir”, opina Araya.

 

En el año 2016 Felipe Araya, oriundo de Venezuela,  en una de sus estadías en Chile, comenzó a desarrollar un robot para su hijo. A medida que lo fue construyendo contactó a Salvador Polanco, ingeniero eléctrico, quien lo ayudó con la parte electrónica. Se dio cuenta que el robot se iba encareciendo, por lo que decidió incluir el celular, elemento que concentra toda la interacción e inteligencia de esta herramienta educativa. Para Felipe lo esencial durante el desarrollo de este emprendimiento es que fuera un dispositivo accesible.

Este emprendimiento, SIMA Project, Sistema Interactivo Modular Antropomorfo, en sus inicios fue impulsado, además de Felipe, por su esposa, Virginia Díaz;  educadora, especializada en psicología social y por Salvador Polanco; ingeniero eléctrico, quienes armaron una propuesta de negocio y de diseño de SIMA Robot, y la presentaron a Startup Chile. Ese período coincidió con el regreso de Felipe y su familia a Venezuela. “Volví a mi país, a un trabajo estable, y las horas que le podía dedicar a SIMA eran muy limitadas”,  señala Felipe.

Sin embargo, de nuestro país les informaron que habían sido seleccionados por Start-Up Chile, programa de financiamiento de Corfo al emprendimiento. “Fue una gran noticia y me devolví a Chile para dedicarme full time al desarrollo de nuestro proyecto. Posteriormente, se sumaron dos nuevos integrantes al equipo: Diego Deluca, diseñador industrial y Camila Iribarren, diseñadora integral.

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“El primer diseño se lo entregamos a unas niñas para que jugaron con él y pudiéramos saber que debíamos mejorar. Ellas lo destruyeron y lo primero que le sacaron fueron los brazos y luego las piernas al robot”, cuenta Felipe. En agosto del 2016, luego de un mes de trabajo en el programa de Start-Up Chile, el equipo de SIMA Project terminó de fabricar la segunda versión de SIMA Robot, en la que mejoraron la movilidad,  redujeron el tamaño  del prototipo y el sistema de control, además de optimizar el diseño.

 

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En los meses posteriores desarrollaron un tercer prototipo y con este participaron de la segunda edición de la conferencia internacional “New Friends 2016”, que abordó el tema de los robots sociales aplicados a la terapia, la educación y la asistencia social, en Barcelona, España.  Lamentablemente éste último prototipo no funcionó: las piezas habían quedado mal impresas y algunas llegaron rotas. Con el tercer prototipo desarmado, no tuvieron otra alternativa que exhibir el segundo modelo del robot, que para sorpresa del equipo contó con muy buena acogida del público.  Resultaron ganadores del premio a la mejor exhibición  “New Friends 2016”, en noviembre del año pasado.

 

Posteriormente, el equipo de SIMA Project continuó su trabajo, entre diciembre y enero desarrollaron una quinta versión del SIMA Robot. “El gran logro fue que no quedara expuesto toda la parte electrónica Diego logró cerrar completamente el robot, brindando seguridad a los niños, además de que estéticamente fuera más amigable. Fue un gran hito para nosotros porque logramos validar que este prototipo se le podía entregar a los niños”, opinó Felipe.

 

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Con este logro pudieron presentar SIMA Robot en colegios y les permitió seguir mejorando las características de este dispositivo hasta presentar una sexta versión, que es la última con la que cuenta hasta ahora.  “El sexto modelo de SIMA Robot fue casi perfecto, pero ahora tenemos que seguir trabajando en mejorar la resistencia al desgaste de las piezas. Nuestro reto es cómo hacer que el producto final sea capaz de convivir con el usuario y contar con un determinado periodo de vida útil”, explica Felipe.

 

Fue en este proceso que el equipo del FabLab U. de Chile, liderado por su directora, Danisa Peric, a juicio de Felipe ha sido esencial en los avances en la generación de nuevas versiones de SIMA Robot. “En este espacio hay una gran disposición con las startup, no solo en la utilización de las máquinas, sino que también en las sugerencias y consejos que te entregan respecto a lo que se podría mejorar. En nuestro caso, cuando hemos tenido algún problema con una pieza nos ha orientado en qué debemos mejorar”, cuenta Felipe.

 

 

 

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Entre los desafíos que tiene el equipo de SIMA  Project para este año es pasar de un periodo de validación de performance hasta tener una versión de venta independiente. “Tenemos planteado un crowdfunding y seguir nuestro trabajo con los colegios, además de tener una versión física y virtual de SIMA Robot”, señala Felipe, quien agrega que a largo plazo le gustaría que este emprendimiento fuera reconocido como un actor importante de la robótica social en Latinoamérica.

 


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